Skip to main content

Unplugged: Una desconexión neuronal podría explicar la crueldad humana

 La capacidad de cometer atrocidades comienza con la inhabilitación de una red de células cerebrales que nos permite empatizar con otros, sugiere un estudio

Yaiza Martínez | Martes 20 Diciembre 2011

Los seres humanos a veces son capaces de cometer grandes atrocidades y actos horribles, prácticamente inconcebibles. ¿Por qué? Un estudio reciente realizado por investigadores de la Duke University y de la Princeton University, de Estados Unidos, sugiere que estos comportamientos podrían tener su origen en el fallo de una red neuronal implicada en la interacción social y que hace posible que reconozcamos a otras personas como “humanos”. Por Yaiza Martínez.

Los seres humanos a veces son capaces de cometer grandes atrocidades y actos horribles, prácticamente inconcebibles. ¿Por qué?

Un estudio reciente realizado por investigadores de la Duke University y de la Princeton University, de Estados Unidos, sugiere que la clave de estos comportamientos podría estar en el fallo de una red neuronal implicada en la interacción social y en el reconocimiento de otras personas como “humanos”.

Dicha red puede desconectarse ante los individuos que causan disgusto o rechazo, afirman los autores del estudio. Como consecuencia, la gente deshumaniza a otros individuos y olvida que éstos tienen pensamientos y sentimientos.

Según explica el director del estudio, el psicólogoLasana Harris, en un comunicado de la Duke University: “Cuando nos encontramos con otra persona, normalmente deducimos algo sobre sus pensamientos. Pero, a veces, esta función cognitiva falla, lo que abre la posibilidad de que no percibamos al otro como completamente humano”.

Red neuronal y empatía

En los últimos años, la neurociencia social (que es el estudio simultáneo de dos cerebros en interrelación mutua) ha demostrado que, en el cerebro humano, normalmente se activa una red neuronal concreta cuando vemos imágenes de otras personas o reflexionamos acerca de lo que están pensando otros individuos.

Esta red ha sido identificada gracias a la tecnologíaIRM o de imagen por resonancia magnética, que permite, de manera no invasiva, registrar imágenes de la actividad cerebral.

Los científicos han sabido que esta red de conexiones neuronales está relacionada con la cognición social, facultad gracias a la cual podemos tener determinados pensamientos o sentimientos –como la empatía- al interactuar con otros individuos.

En la investigación de Harris, realizada en colaboración con Susan Fiske, una profesora de psicología de la Universidad de Princeton especializada en la formación de impresiones sobre los demás y en cómo afectan los prejuicios culturales a las relaciones humanas, participaron 119 estudiantes de la Universidad de Princeton, de una media de edad de 20 años. Todos ellos completaron una encuesta sobre juicios y toma de decisiones, a medida que iban viendo imágenes de personas.

Resultados obtenidos

Con esta encuesta, los científicos determinaron si los estudiantes presentaban respuestas emocionales esperables ante ciertas imágenes, como orgullo al ver a una estudiante de universidad o a un bombero americano; envidia al ver a una mujer de negocios y a un hombre rico; compasión, ante un hombre anciano y una mujer discapacitada o rechazo, al ver a una mujer sin hogar y a un hombre drogadicto.

Tras imaginar un día en la vida de estas personas, se pidió a los participantes que evaluaran sus potenciales características: su grado de calidez, de competencia, de responsabilidad hacia su propia situación, de control sobre su situación, de inteligencia, de autoconciencia, etc.

Por último, los estudiantes fueron sometidos a un escáner de IRM para registrar su actividad cerebral, al mismo tiempo que veían las imágenes.

Los resultados obtenidos demostraron lo siguiente: la red neuronal clave para la interacción social de los estudiantes no se activó ante las imágenes de drogadictos, personas sin hogar, inmigrantes y otras personas pobres.

Por otro lado, los científicos descubrieron que otras regiones cerebrales influían en la tendencia a deshumanizar a cierto tipo de personas. Dichas regiones fueron las relacionadas con el rechazo, la atención y el control cognitivo.

Es necesario ponerse en la piel de otros

Según Harris: “Estos resultados sugieren que la deshumanización de otras personas tiene raíces múltiples y es un fenómeno complejo. Habrá que hacer nuevas investigaciones para delimitar con mayor exactitud esta complejidad”.

Lo científicos afirman, por otra parte, que resulta muy sorprendente constatar cómo la gente atribuye fácilmente cognición social –vida interna o emociones- a animales y a coches, pero, en cambio, elude establecer contacto ocular con los mendigos sin hogar que se encuentra por la calle.

A este respecto, Fiske señala que “necesitamos pensar en la experiencia de otras personas, eso es lo que nos hace completamente humanos”. De lo contrario, fomentaremos una disfuncionalidad neuronal que favorece la “percepción deshumanizada” o la incapacidad de considerar la vida interior de los demás.

En una situación extrema, esta desconexión cerebral podría explicar, por ejemplo, cómo la propaganda contra los judíos en la Alemania nazi contribuyó a la tortura y el genocidio de millones de personas, afirman los investigadores.

Los resultados de esta investigación han aparecido detallados en el Journal of Psychology bajo el título "Dehumanized Perception: A Psychological Means to Facilitate Atrocities, Torture, and Genocide?” (La percepción deshumanizada: ¿Un instrumento psicológico para posibilitar atrocidades, tortura y genocidio?).

Estudios previos habían establecido ya relaciones entre el funcionamiento del cerebro y las capacidades sociales. Es el caso, por ejemplo, de una investigación sobre psicópatas realizada en 2010 por psicólogos de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, en la que se constató que los cerebros de este tipo de individuos presentan una actividad mayor de lo normal en cierta área del cerebro relacionada con la sensación de recompensa o de placer.

Como consecuencia, los psicópatas buscan siempre su propio beneficio sin importarles los efectos de sus actos sobre otras personas o los peligros que puedan conllevar dichos actos.

Comments

Popular posts from this blog

Light Therapy holds promise as a treatment for Alzheimer's Disease

A new article, conducted by Lili Zang and colleagues from Weifang Medical University School of Nursing in Shandong Province, China, discusses a meta-analysis of 15 high-quality trials that investigated the impact of light therapy on individuals with Alzheimer’s disease (AD). The meta-analysis included 598 patients with mild to moderate Alzheimer’s disease, and it covered 15 randomized controlled trials conducted in seven different countries. Those trials were published between 2005 and 2022. Sleep Improvement Light therapy led to significant improvements in several sleep measures. It notably enhanced sleep efficiency, increased interdaily stability, and reduced intradaily variability, all of which are indicators of better sleep quality. Light therapy was associated with a reduction in agitation, depression, and caregiver burden among individuals with Alzheimer’s disease. A significant advantage over usual care was shown in reducing the severity of psychobehavioral symptoms, as assessed...

Los no fumadores engordan menos

Un nuevo estudio relaciona el tabaquismo con la ganancia de peso, y concluye que las personas fumadoras activas, no sólo las que lo dejan, engordan más que las no fumadoras. Después de cuatro años de análisis en la Universidad de Navarra, las personas que menos engordaron fueron las que nunca habían fumado.

Lacticaseibacillus rhamnosus may help in periodontal disease

A new study explores how a specific probiotic, Lacticaseibacillus rhamnosus GG (LGG), might help improve the regeneration of bones in the gums affected by periodontal disease, especially in the presence of high cholesterol levels (hyperlipidemia).  Periodontal disease can lead to the loss of bone in the jaw, making it challenging for the bone to regenerate. The researchers used a rat model with conditions mimicking periodontal disease, high cholesterol, and a defect in the gums. The rats were given LGG for six weeks, and then various measurements were taken after sacrificing the rats to understand the effects. They found that the bone density, volume, and thickness in the affected area increased after the rats were given LGG.  Interestingly, these improvements were not due to direct effects on the oral bacteria but were linked to changes in the gut microbiota.  When fecal matter containing the altered gut bacteria from LGG-treated rats was transplanted into other rats, si...