El objetivo de la prueba era analizar cómo los incentivos de conducta repercutían en el cerebro en comparación a las drogas comúnmente utilizadas para inhibir el trastorno. Los resultados fueron semejantes.
"Esas voces no suelen afectarles la vida cotidiana", dijo a Reuters Health la doctora Agna A. Bartels-Velthuis, del Centro Médico Universitario de Groninga, en Holanda.