Las mujeres que bebían cuatro o más tazas al día eran veinte por ciento menos propensas a sufrir del trastorno del ánimoDirección de esta página:
Traducido del inglés: martes, 27 de septiembre, 2011
LUNES, 26 de septiembre (HealthDay News) -- Que se alegre el corazón de los amantes del café: las mujeres que beben cuatro o más tazas al día de café con cafeína parecen tener un riesgo más bajo de depresión que las que no beben café o solo beben una taza al día, sugiere un estudio reciente.
Aunque es demasiado pronto para comenzar a recomendar un consumo regular de café como forma de prevenir la depresión, los hallazgos podrían consolar a los que se sienten culpables de su hábito.
"Esto podría reducir las preocupaciones de que el consumo de cafeína tenga un efecto negativo", apuntó el Dr. Christopher Cargile, profesor asociado de psiquiatría y ciencias conductuales del Colegio de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud Texas A&M. "Hace mucho se ha asociado a la cafeína en altas dosis con un empeoramiento de la ansiedad y otras enfermedades psiquiátricas, y en algunos momentos esto ha llevado a inquietudes persistentes de que tal vez fuera mejor limitar su uso".
Cargile no participó en el estudio, que aparece en la edición del 26 de septiembre de la revista Archives of Internal Medicine.
La mayor parte de la cafeína en el mundo (el 80 por ciento) se consume como café, y es el estimulante del sistema nervioso central más utilizado del planeta.
Los investigadores han evaluado el efecto de la cafeína sobre la salud cardiaca, los marcadores de inflamación y el cáncer (en general, los efectos son benignos o incluso positivos), pero ha habido relativamente poca investigación respecto a sus efectos sobre el estado de ánimo.
Por lo general, la poca investigación que se ha hecho ha hallado un efecto saludable: una mayor cantidad de café reduce los síntomas de depresión e incluso se asocia con un menor riesgo de suicidio.
"La cafeína tiene efectos positivos a corto plazo sobre el estado de ánimo, sentimientos subjetivos de tener más energía y estar más despierto a corto plazo", aseguró el autor principal del estudio, el Dr. Alberto Ascherio, profesor de epidemiología y nutrición de la Facultad de salud pública de la Harvard, en Boston.
Parecía natural "observar si el consumo a largo plazo de café se asociaba con un menor riesgo de desarrollar depresión", añadió.
Los autores siguieron a casi 51,000 mujeres con una edad promedio de 63 años, que participaban en el Estudio de salud de las enfermeras. Ninguna de las mujeres reportó tener depresión al inicio del estudio, y ninguna tomaba antidepresivos.
La depresión se midió mediante nuevos diagnósticos acompañados por el uso a largo plazo de antidepresivos.
Las mujeres que bebían cuatro o más tazas de café al día tenían una reducción del 20 por ciento en el riesgo de depresión, y las que bebían de dos a tres tazas de café al día tenían una reducción de 15 por ciento en el riesgo, en comparación con las que bebían una taza o menos.
Las versiones descafeinadas de la bebida no parecieron asociarse con la depresión en lo absoluto.
Una relación entre el café con cafeína y la depresión tiene cierto sentido biológico, señalan los expertos.
"Se sabe que la cafeína afecta la liberación de varios neurotransmisores, entre ellos dopamina y serotonina, que se han implicado en la regulación del estado de ánimo y la depresión", apuntó Ascherio, quien también es profesor de medicina de la Facultad de medicina de la Harvard.
Pero se trata de efectos a corto plazo y "en realidad [aún] no sabemos por qué el café puede reducir la depresión [con los] años", apuntó.
"Si la cafeína tiene algún efecto antidepresivo, quizás podamos hallar compuestos con un efecto antidepresivo aún más potente", dijo Ascherio.
Pero primero los investigadores deben determinar si existe una relación causal.
"Actualmente hay demasiadas cosas que no sabemos sobre la relación causal que podría producir estos hallazgos", apuntó Cargile, quien es también decano regional asociado del campus de Bryan-College Station del Texas A&M.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_116919.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 12/26/2011)
FUENTES: Alberto Ascherio, M.D., Dr.P.H., professor, epidemiology and nutrition, Harvard School of Public Health, and professor, medicine, Harvard Medical School; Christopher Cargile, M.D., associate professor, psychiatry and behavioral science, and regional associate dean, Bryan-College Station campus, Texas A&M Health Science Center College of Medicine; Sept. 26, 2011, Archives of Internal Medicine
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