de ALICIA RIVERA. ELPAIS.COM
La frontera entre la electrónica y la biología empieza a hacerse borrosa, según un equipo de ingenieros y científicos que ha desarrollado una piel artificial electrónica con enorme potencial en aplicaciones médica. Cargado de diferentes tipos de sensores, el parche de piel artificial, que se pega a la natural como un tatuaje temporal, se ha ensayado ya con éxito para medir la actividad eléctrica del corazón, del cerebro y de músculos. Su aplicación para sustituir los incómodos electrodos y cables que se utilizan para el diagnóstico y seguimiento cardíaco, parece evidente, pero las puertas que abre esta nueva piel artificial electrónica son enormes: los investigadores apuntan, por ejemplo que podrán construir sensores para medir la actividad cerebral en condiciones normales, sin recurrir a los aparatos equipos que se utilizan ahora, lo que permitirá investigar realmente cómo funciona el cerebro cuando la persona hace su vida normal. También se podrían hacer pieles sensibles para prótesis de extremidades amputadas o transmisores que, pegados a la garganta, faciliten la comunicación de personas con lesiones que limiten su capacidad de hablar. John A. Rogers, Dae-Hyeong Kim y el resto de los autores de este avance, explican cómo lo han hecho y los resultados de sus primeros ensayos en la revista Science. (VER MÁS)
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