Jonides, que es titular de la Cátedra Colegiada Daniel J. Weintraub de Psicología y Neurociencias en la UM, colaboró con colegas de la UM, la Universidad de Berna y la Univesidad de Taipei en una serie de estudios con más de 200 niños y adultos jóvenes, demostrando los efectos de varios tipos de ejercicios n-back de entrenamiento mental. La investigación tuvo el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias y la Oficina de Investigación Naval.29 Mayo, 2011 en Inglés ANN ARBOR, Michigan.—Olvídese de las palabras cruzadas y de la música de Mozart. Si usted quiere mejorar su capacidad de razonamiento y solución de problemas nuevos tómese tiempo cada día para un pequeño ejercicio enloquecedor, llamado “entrenamiento n-back”.
Durante un discurso de premios que se realiza hoy, sábado, 28 de mayo en la reunión en la reunión anual de la Asociación para la Ciencia Psicológica en Washington, D.C., el psicólogo John Jonides, de la Universidad de Michigan, presentó nuevas conclusiones que demuestran que la práctica de este tipo de tareas por unos 20 minutos diarios durante 20 días mejora significativamente el desempeño en una prueba estándar de inteligencia fluida, esto es la capacidad de razonar y resolver problemas nuevos que es un elemento crucial de la inteligencia general. Y también demuestran que esta mejoría duró hasta tres meses por lo menos.
Jonides, que es titular de la Cátedra Colegiada Daniel J. Weintraub de Psicología y Neurociencias en la UM, colaboró con colegas de la UM, la Universidad de Berna y la Univesidad de Taipei en una serie de estudios con más de 200 niños y adultos jóvenes, demostrando los efectos de varios tipos de ejercicios n-back de entrenamiento mental. La investigación tuvo el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias y la Oficina de Investigación Naval.
Según Jonides la tarea n-back utiliza una función crucial del cerebro conocida como memoria de trabajo, la capacidad para mantener la información en un estado activo, de acceso rápido, especialmente en condiciones en las que hay distracciones o interferencias. La memoria de trabajo va más allá del mero almacenamiento de información para incluir el procesamiento de la información.
En el principio, una figura aparece por poco tiempo en la pantalla y, tras desaparecer y aparecer de nuevo, el individuo debe señalar si la figura sigue donde estaba y, en cualquiera de los casos, memorizar la nueva posición de la figura para así continuar sucesivamente con el próximo ciclo. El nivel de dificultad se incrementa cuando se le pide al individuo señalar si la posición de la figura hasta cierto número de ciclos atrás es la misma. El juego adquiere el nombre de 1-back, 2-back, etc. según el número de ciclos que se pida memorizar y recordar al individuo respecto a los ciclos anteriores.
Hace unos pocos años Jonides y sus colegas Martin Buschkuehl, Susanne Jaeggi y Walter Perrig demostraron que el entrenamiento n-back dual mejoraba el desempeño en las pruebas de inteligencia fluida. Pero el actual trabajo amplía aquellas conclusiones de varias maneras.
“Estos nuevos estudios demuestran que cuanto más entrenamiento tengan las personas en la tarea n-back dual mayor es la mejoría de la inteligencia fluida”, señaló Jonides. “Es realmente un efecto de respuesta a la dosis. Y también demostramos que el entrenamiento n-back más simple, con un solo tipo de señales que emplea claves espaciales tiene el mismo efecto positivo”.
Los nuevos estudios también incluyen pruebas con niños que muestran el mismo tipo de efecto del entrenamiento con el uso de versiones de n-track en videojuegos. Una vez más Jonides y sus colegas encontraron que el entrenamiento mental con las tareas n-back resultó en mejorías en las pruebas de inteligencia fluida. Y también encontraron que el entrenamiento disminuía las probabilidades de que los niños se engañaran con información atractiva pero incorrecta. “Desde el punto de vista psicológica el entrenamiento los hizo más conservadores”, señaló Jonides.
Jonides y sus colegas también llevaron a cabo estudios de imagen neural con adultos para mostrar la forma en que el entrenamiento afectaba la actividad cerebral.
“Encontramos dos efectos de nuestro régimen de entrenamiento”, añadió. “Después del entrenamiento las personas mostraron una reducción del volumen del flujo de sangre en las regiones cerebrales activas cuando hacían las tareas del entrenamiento. Y tuvieron incrementos en el volumen del flujo de sangre hacia esas mismas regiones cuando no estaban realizando las tareas”.
“En cierto sentido esto es muy parecido al entrenamiento de un músculo en el cuerpo, y en otro sentido es muy diferente. Cuando como resultado del entrenamiento se han generado nuevas fibras musculares éstas requieren un mayor flujo de sangre cuando no se están cuando. Sin embargo, por contraste cuando los nuevos músculos están en uso requieren más sangre, a diferencia de las regiones cerebrales entrenadas”.
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