Skip to main content

Asocian la obesidad y la falta de ejercicio con el dolor crónico

Los hombres que ejercitaban dos horas o más por semana al inicio del estudio eran un 25 por ciento menos propensos a tener dolor en la espalda baja 11 años después y un 20 por ciento menos propensos a sentir dolor de cuello u hombros, a diferencia de los sedentarios.


Traducido del inglés: miércoles, 22 de junio, 2011
Por Eric Schultz

NUEVA YORK (Reuters Health) - Las personas que hacen ejercicio por lo menos una hora por semana tienen menor riesgo que el resto de padecer dolor en la espalda, el cuello y los hombros.

Esto refuerza la posibilidad de que la obesidad y el sedentarismo influyan en el riesgo de desarrollar dolor crónico en esos sitios, opinó el coautor de un nuevo estudio, doctor Paul Mork, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.

El equipo de Mork siguió a más de 30.000 adultos participantes de un estudio de Noruega. Les midió el índice de masa corporal (IMC) al inicio del estudio y con qué frecuencia hacían ejercicio. Los participantes fueron seguidos por 11 años.

Los autores dividieron a los sujetos en cuatro categorías según el nivel de ejercicio y en otras cuatro, según el IMC. Registraron también cuántos de cada grupo desarrollaban dolor crónico de cuello, hombros y espalda baja.

Uno de cada 10 participantes tuvo dolor en la espalda baja y casi dos de cada 10, en el cuello o los hombros, tras considerar la edad, el IMC, el tabaquismo y si hacían trabajos manuales.

Los hombres que ejercitaban dos horas o más por semana al inicio del estudio eran un 25 por ciento menos propensos a tener dolor en la espalda baja 11 años después y un 20 por ciento menos propensos a sentir dolor de cuello u hombros, a diferencia de los sedentarios.

Y las mujeres que ejercitaban por lo menos dos horas por semana eran un 8 por ciento menos propensas a tener dolor de espalda baja que las sedentarias y un 9 por ciento menos proclives a tener dolor de cuello y hombros.

El peso también influyó en la aparición del dolor crónico.

Los varones obesos eran casi un 21 por ciento más propensos a desarrollar dolor crónico en la espalda baja que los hombres con peso normal, y un 22 por ciento más proclives a tener dolor de hombro o cuello.

Las obesas eran un 21 por ciento más propensas a desarrollar dolor en la espalda baja que aquellas con peso normal, y tenían un 19 por ciento más riesgo de tener dolor de hombro o cuello.

Mork está convencido de que aun el ejercicio moderado (una hora o más por semana) "puede, de algún modo, compensar el efecto adverso del sobrepeso y la obesidad en el riesgo futuro de desarrollar dolor crónico".

"El dolor crónico de cuello y espalda es importante para la salud pública porque influye en la calidad de vida, la discapacidad y el uso de los recursos de salud", indicó el doctor Adam Goode, fisioterapeuta de la Duke University, en Carolina del Norte, que no participó del estudio.

A mediados de la década de 1990, un estudio de Holanda estimó que el dolor de espalda baja le costaba a ese país casi el 2 por ciento de su producto interno bruto (PIB).

Ahora, el equipo de Mork escribe que "una pequeña reducción de la incidencia del dolor crónico de espalda baja tiene un impacto económico enorme".

FUENTE: online 11 de junio del 2011

Reuters Health
© 2011 Thomson Reuters. Reservados todos los derechos. Los contenidos Reuters son propiedad intelectual de Thomson Reuters y/o de sus proveedores de contenido. El contenido de estas páginas no puede copiarse, publicarse ni redistribuirse parcial o totalmente, sin el previo consentimiento por escrito de Thomson Reuters. Thomson Reuters no sera responsable por errores o demoras en el contenido. "Reuters" y su logotipo son marcas registradas o marcas comerciales del grupo de empresas de Thomson Reuters en todo el mundo. Para mayor información sobre otros productos para Medios de Reuters favor visitar http://about.reuters.com/media/. © Thomson Reuters 2011


Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_113550.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 09/20/2011)

Comments

Popular posts from this blog

Light Therapy holds promise as a treatment for Alzheimer's Disease

A new article, conducted by Lili Zang and colleagues from Weifang Medical University School of Nursing in Shandong Province, China, discusses a meta-analysis of 15 high-quality trials that investigated the impact of light therapy on individuals with Alzheimer’s disease (AD). The meta-analysis included 598 patients with mild to moderate Alzheimer’s disease, and it covered 15 randomized controlled trials conducted in seven different countries. Those trials were published between 2005 and 2022. Sleep Improvement Light therapy led to significant improvements in several sleep measures. It notably enhanced sleep efficiency, increased interdaily stability, and reduced intradaily variability, all of which are indicators of better sleep quality. Light therapy was associated with a reduction in agitation, depression, and caregiver burden among individuals with Alzheimer’s disease. A significant advantage over usual care was shown in reducing the severity of psychobehavioral symptoms, as assessed...

Los no fumadores engordan menos

Un nuevo estudio relaciona el tabaquismo con la ganancia de peso, y concluye que las personas fumadoras activas, no sólo las que lo dejan, engordan más que las no fumadoras. Después de cuatro años de análisis en la Universidad de Navarra, las personas que menos engordaron fueron las que nunca habían fumado.

Lacticaseibacillus rhamnosus may help in periodontal disease

A new study explores how a specific probiotic, Lacticaseibacillus rhamnosus GG (LGG), might help improve the regeneration of bones in the gums affected by periodontal disease, especially in the presence of high cholesterol levels (hyperlipidemia).  Periodontal disease can lead to the loss of bone in the jaw, making it challenging for the bone to regenerate. The researchers used a rat model with conditions mimicking periodontal disease, high cholesterol, and a defect in the gums. The rats were given LGG for six weeks, and then various measurements were taken after sacrificing the rats to understand the effects. They found that the bone density, volume, and thickness in the affected area increased after the rats were given LGG.  Interestingly, these improvements were not due to direct effects on the oral bacteria but were linked to changes in the gut microbiota.  When fecal matter containing the altered gut bacteria from LGG-treated rats was transplanted into other rats, si...