Traducido del inglés: miércoles, 4 de mayo, 2011 Por Amy Norton NUEVA YORK (Reuters Health) - Las guías nacionales ayudan a los médicos a decidir cómo tratar la hipertensión. Pero adecuar esas directrices a cada paciente en particular permitiría prevenir más infartos cardíacos y cerebrales, según los desarrolladores de un modelo informatizado.
Los resultados, publicados en Annals of Internal Medicine, revelan que el uso de esas "guías personalizadas" para decidir cómo tratar la hipertensión evitaría un 43 por ciento más infartos cardíacos y cerebrales que las recomendaciones generales vigentes.
Actualmente, las guías de Estados Unidos recomiendan el tratamiento cuando la presión supera los valores 140/90 mm Hg o 130/80 mm Hg si la persona es diabética o tiene enfermedad renal crónica. En la decisión, los médicos también agregan su juicio.
Pero el nuevo estudio analizó una forma más sofisticada de estimar las necesidades de cada paciente.
Los autores usaron una "calculadora de riesgo" computarizada que tuvo en cuenta la edad del paciente, sus niveles de colesterol, los antecedentes cardíacos en la familia y todo diagnóstico de diabetes. También incluyeron las distintas respuestas a los antihipertensivos.
Luego, usaron los datos de un estudio sobre 15.800 estadounidenses para estimar los efectos del uso de las guías individualizadas.
El equipo halló que el método a medida podría prevenir un 43 por ciento más de infartos cardíacos y cerebrales que las guías nacionales, si se mantuvieran los costos de salud.
Si, por otro lado, la cantidad de infartos prevenidos fuera la misma, las guías personalizadas lograrían ese resultado a un 67 por ciento menos de costo que las guías nacionales.
El objetivo de usar la calculadora de riesgos "es el mismo que tiene el médico al desear tener en cuenta 'la totalidad del paciente' cuando revisa con él las opciones terapéuticas", dijo el autor principal, doctor David M. Eddy.
El problema con el enfoque tradicional, indicó, es que hay muchos datos del paciente a tener en cuenta. "Es imposible que el cerebro humano los digiera por completo y estime con precisión los riesgos de cada paciente o cómo se beneficiarían con los tratamientos", dijo Eddy.
Según el autor, las calculadoras de riesgos ayudarían a los médicos a darles a los pacientes cifras reales. Por ejemplo, cuál es el riesgo de desarrollar diabetes en los próximos 20 años y cuánto podría reducirse si un paciente adelgaza tantos kilos (y no los recupera).
Eddy fundó Archimedes, Inc., una empresa de San Francisco que desarrolló un modelo matemático computarizado para asistir la toma de decisiones médicas. La calculadora utilizada en el estudio es una versión simplificada de ese modelo.
El experto dijo que esa u otras calculadoras podrían integrarse a las historias clínicas electrónicas. Un investigador ajeno al trabajo de Eddy opinó que es "un buen estudio", un primer paso hacia la demostración de que las guías personalizadas tendrían sus beneficios.
FUENTE: Annals of Internal Medicine, online 2 de mayo del 2011
Reuters Health
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_111735.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 08/02/2011)
Los resultados, publicados en Annals of Internal Medicine, revelan que el uso de esas "guías personalizadas" para decidir cómo tratar la hipertensión evitaría un 43 por ciento más infartos cardíacos y cerebrales que las recomendaciones generales vigentes.
Actualmente, las guías de Estados Unidos recomiendan el tratamiento cuando la presión supera los valores 140/90 mm Hg o 130/80 mm Hg si la persona es diabética o tiene enfermedad renal crónica. En la decisión, los médicos también agregan su juicio.
Pero el nuevo estudio analizó una forma más sofisticada de estimar las necesidades de cada paciente.
Los autores usaron una "calculadora de riesgo" computarizada que tuvo en cuenta la edad del paciente, sus niveles de colesterol, los antecedentes cardíacos en la familia y todo diagnóstico de diabetes. También incluyeron las distintas respuestas a los antihipertensivos.
Luego, usaron los datos de un estudio sobre 15.800 estadounidenses para estimar los efectos del uso de las guías individualizadas.
El equipo halló que el método a medida podría prevenir un 43 por ciento más de infartos cardíacos y cerebrales que las guías nacionales, si se mantuvieran los costos de salud.
Si, por otro lado, la cantidad de infartos prevenidos fuera la misma, las guías personalizadas lograrían ese resultado a un 67 por ciento menos de costo que las guías nacionales.
El objetivo de usar la calculadora de riesgos "es el mismo que tiene el médico al desear tener en cuenta 'la totalidad del paciente' cuando revisa con él las opciones terapéuticas", dijo el autor principal, doctor David M. Eddy.
El problema con el enfoque tradicional, indicó, es que hay muchos datos del paciente a tener en cuenta. "Es imposible que el cerebro humano los digiera por completo y estime con precisión los riesgos de cada paciente o cómo se beneficiarían con los tratamientos", dijo Eddy.
Según el autor, las calculadoras de riesgos ayudarían a los médicos a darles a los pacientes cifras reales. Por ejemplo, cuál es el riesgo de desarrollar diabetes en los próximos 20 años y cuánto podría reducirse si un paciente adelgaza tantos kilos (y no los recupera).
Eddy fundó Archimedes, Inc., una empresa de San Francisco que desarrolló un modelo matemático computarizado para asistir la toma de decisiones médicas. La calculadora utilizada en el estudio es una versión simplificada de ese modelo.
El experto dijo que esa u otras calculadoras podrían integrarse a las historias clínicas electrónicas. Un investigador ajeno al trabajo de Eddy opinó que es "un buen estudio", un primer paso hacia la demostración de que las guías personalizadas tendrían sus beneficios.
FUENTE: Annals of Internal Medicine, online 2 de mayo del 2011
Reuters Health
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_111735.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 08/02/2011)
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