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La forma en que se maneja la falta de sueño podría estar en los genes

Imagen de noticias HealthDay
Un estudio encontró que a aquellos que portaban una variante relacionada con la narcolepsia les iba peor que a los que no



LUNES, 25 de octubre (HealthDay News/HolaDoctor) -- ¿Por qué pueden dos personas tener la misma falta de sueño y al día siguiente una se siente más cansada y desanimada que la otra?

Un estudio reciente sugiere que la respuesta podría estar en los genes.

Investigadores de la Facultad de medicina de la Universidad de Pensilvania encontraron que los individuos sanos que dan positivo para una variante genética común tienen más sueño y se sienten más cansados tras privarse de sueño que los que no. La variante se relaciona con la narcolepsia, que causa una somnolencia diurna excesiva, pero estudios anteriores han mostrado que hasta un tercio de las personas que resultan positivas para el gen muestran un sueño normal y saludable.

"Este gen en particular, que es portado por más o menos el 30 por ciento de la población, podría ser un marcador biológico para predecir la forma en que alguien responderá a no dormir lo suficiente", aseguró la autora del estudio Namni Goel, profesora asistente de psicología y psiquiatría de la Facultad de medicina de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia.


"Este estudio provee evidencia contundente de que los genes desempeñan un papel clave en determinar cómo respondemos a la privación de sueño", aseguró el Dr. Jeffrey Ellenbogen, jefe de medicina del sueño del Hospital General de Massachusetts. "Hay que tener en mente que el tipo de privación de sueño examinado en ese estudio, llamado 'privación parcial del sueño', no es sólo una técnica de laboratorio, es algo que le sucede a millones de personas, por una variedad de motivos", añadió. "Y este marcador genético es común. Así que hablamos sobre muchas personas que este estudio describe, potencialmente".

Para el estudio, que aparece en la edición del 26 de octubre de la revista Neurology, Goel y colegas estudiaron a 92 adultos sanos sin la variante genética y a 37 adultos sanos que portaban la variante genética pero que no sufrían de trastornos del sueño. Las primeras dos noches, pasaron diez horas en la cama y estaban completamente descansados. En las próximas cinco noches se sometieron a privación parcial del sueño crónica en que se les permitió estar en la cama cuatro horas por noche. Durante el resto del tiempo, las luces estaban encendidas y los participantes podían leer, jugar juegos o ver películas para ayudarles a permanecer despiertos.

Durante el estudio, los investigadores midieron la calidad de sueño y la somnolencia informada por los mismos de los participantes, y también evaluaron su memoria, atención y capacidad de resistir el sueño en el día. Las personas que portaban la variante genética tenían más sueño y se sentían más cansadas, independientemente de que hubieran descansado del todo o hubieran sido privadas de sueño, y su sueño era más fragmentado. Por ejemplo, en la quinta noche de privación del sueño, los que portaban la variante genética se despertaron casi cuatro veces en promedio, mientras que los que no portaban la variación se despertaron dos veces en promedio.

Las personas que portaban la variante genética tenían menos deseos de dormir en las noches en que descansaron del todo. También pasaron menos tiempo en sueño profundo que las que no portaban la variante, tanto en las noches en que descansaron por completo como en las que se privaron del sueño, según encontraron los investigadores.

No hubo diferencia en el rendimiento de los dos grupos en las pruebas de memoria y atención tras la privación de sueño, y tampoco hubo diferencia en su capacidad de resistirse al sueño en el día. Una explicación posible de estos hallazgos en particular es que "tal vez haya distintas variantes genéticas que regulan las respuestas fisiológicas a la privación de sueño, frente a la forma en que la gente puede rendir", apuntó Goel.

"A veces, la gente afirma que se siente bien, pero su rendimiento es terrible, o viceversa", explicó Goel. Añadió que se necesitan más estudios para replicar estos hallazgos en otras poblaciones, además de identificar otros posibles marcadores biológicos que puedan explicar por qué algunas personas parecen ser particularmente resistentes a los estragos de la privación de sueño.

Los autores de un editorial que acompañaba al estudio dijeron que los hallazgos "tienen particular importancia para individuos que trabajan en turnos y que viajan transcontinentalmente"
y anotaron que esperaban que la investigación lleve a nuevos tratamientos para minimizar o eliminar los efectos en la gente que responde mal a la privación del sueño.

"Siempre hay una tendencia en las personas a hacer juicios sobre alguien que duerme hasta el mediodía, a decir que son holgazanes o algo así", apuntó el coautor del editorial, el Dr. Amit Verma, director médico del Centro de Trastornos del Sueño del Hospital Metodista de Houston. "Pero lo que este estudio resalta es que si alguien tiene más sueño que un amigo o su cónyuge tras privarse de sueño, en realidad podría haber un motivo genético".

Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_104822.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 01/24/2011)

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Namni Goel, Ph.D., assistant professor, psychology and psychiatry, department of psychiatry, University of Pennsylvania School of Medicine, Philadelphia; Amit Verma, M.D., medical director, Sleep Disorders Center, The Methodist Hospital, Houston; Jeffrey M. Ellenbogen, M.D., chief, division of sleep medicine, Massachusetts General Hospital, and assistant professor, neurology, Harvard Medical School, Boston; Oct. 26, 2010, Neurology



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(c) Derechos de autor 2010, HealthDay



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