Traducido del inglés: Miércoles, 1 de septiembre, 2010 MIÉRCOLES, 1 de septiembre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Los adolescentes que duermen menos de ocho horas por la noche son más propensos a consumir una dieta alta en grasas que los pone en riesgo de obesidad y de muchos otros problemas relacionados con esta dolencia, halla una nueva investigación.
El estudio, que aparece en la edición del 1 de septiembre de Sleep, encontró que los adolescentes que no dormían lo suficiente consumían 2.2 por ciento más calorías de grasa, y comían más refrigerios, que los que dormían ocho horas o más por la noche. También consumían más calorías en total.
"En los últimos cinco años muchas investigaciones han implicado la falta de sueño con la obesidad", señaló la autora del estudio, la Dra. Susan Redline, del Hospital Brigham and Women's y del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston.
"Algunos estudios experimentales sobre la privación del sueño en entornos controlados de laboratorio muestran un ansia por comidas grasas entre los participantes" que dormían menos, apuntó.
Redline, profesora de medicina en la división de medicina del sueño de la universidad, señaló que los adolescentes que duermen poco podrían sufrir de trastornos metabólicos que han sido relacionados con la obesidad y la resistencia a la insulina por otra investigación en la que participaron trabajadores por turnos que tenían también un sueño irregular.
El metabolismo es el proceso del organismo para convertir las calorías en energía. La falta de sueño puede afectar el metabolismo al cambiar el nivel de hormonas que regulan el apetito como la leptina y la grelina, preparando el terreno para malos hábitos alimenticios, explicó Redline.
Además de ser una posible causa de problemas metabólicos, dormir menos horas les da a los adolescentes "más oportunidades para comer", señaló Redline.
Los adolescentes necesitan cerca de nueve horas de sueño cada noche para sentirse descansados y alertas al día siguiente, pero pocos adolescentes duermen esa cantidad de horas, apuntaron los expertos.
"Casi nunca he visto a nadie que duerma más de siete horas por la noche", dijo la Dra. Paula Elbirt, profesora asociada de pediatría y medicina adolescente en el Centro Médico Mount Sinai en la ciudad de Nueva York. Dormir poco entre los adolescentes es "la regla y no la excepción", destacó.
Elbirt señaló que el "estilo de vida de los adolescentes" es el responsable de que permanezcan despiertos hasta tarde. Socializar en los teléfonos celulares y computadoras, los videojuegos y ver la televisión mantienen a los adolescentes despiertos hasta media noche, explicó, destacando que el estrés diario podría ser una razón subyacente para quedarse hasta tarde.
Elbirt dijo que aunque "el punto de vista que prevalece es que una caloría es una caloría", existe alguna evidencia de que las calorías de la grasa son más propensas a ser metabolizadas y almacenadas como grasa. Además, entre más grasa consuma, más ganas de comerla tendrá, dijo.
Los adolescentes también tienen un "retraso de fase", según el estudio, lo que significa que su ritmo circadiano cambia de tal manera que les hace mantenerse alerta por la noche y con sueño por la mañana, y comer a altas horas de la noche.
Y debido a que la escuela comienza temprano para la mayoría de los adolescentes, tienden a no dormir las horas que necesitan, señalaron los expertos.
"Todos tenemos un sistema de reloj interior que sigue un intervalo de tiempo de 24 horas", dijo el Dr. Kenneth P. Wright Jr, profesor asociado de fisiología integrativa de la Universidad de Colorado en Boulder. "En la adolescencia este sistema cambia y dirige muchos de nuestros comportamientos, como cuando dormimos".
Wright, del Centro de Neurociencia de la universidad, comparó a los adolescentes con las personas de la "Costa Este que viven de acuerdo al tiempo de la Costa Oeste".
El estudio midió las horas que durmieron 240 adolescentes durante cinco o siete periodos consecutivos de 24 horas en los días de la semana. Los adolescentes llevaban una pulsera que medía sus movimientos para determinar la vigilia y el sueño. Además, fueron entrevistados dos veces en un periodo de 24 horas luego de haber comido sobre los alimentos que comían, en qué cantidad, cuándo y dónde.
Los adolescentes que dormían menos de ocho horas por la noche consumían una media de 1,968 calorías al día. Los que dormían ocho horas o más en promedio consumían 1,723 calorías al día. Los adolescentes dormían un poco menos de una media de ocho horas por noche. Sólo el 34 por ciento de los participantes dormía ocho horas o más.
Wright alabó la "fuerte metodología" del estudio, al que calificó como "un paso adelante" en la evaluación de la relación entre la falta de sueño y la obesidad.
"Cuando pensamos en los adolescentes y la falta de sueño, pensamos en conducir con sueño y trastornos del aprendizaje, pero este estudio muestra también que existen consecuencias reales para la salud de los adolescentes", apuntó Wright. "Apoya la idea de que el sueño es importante para nuestra salud".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Susan Redline, M.D., M.P.H., professor, medicine, division of sleep medicine, Brigham and Women's Hospital and Beth Israel Deaconess Medical Center, Harvard Medical School, Boston; Paula Elbirt, M.D., associate professor and attending physician, division of pediatric and adolescent medicine, Mount Sinai Hospital and School of Medicine, New York City; Kenneth P. Wright Jr., Ph.D, associate professor, integrative physiology, Center for Neuroscience, University of Colorado at Boulder; Sept. 1, 2010, Sleep
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