Un estudio encuentra que una fomenta a la otra, pero la intervención precoz puede ayudar. Los hallazgos, que aparecen en la edición de marzo de la revista Archives of General Psychiatry, pueden ayudar a mejorar la atención del paciente, afirmaron los investigadores.
LUNES, 1 de marzo (HealthDay News/DrTango) -- Parece haber una relación de dos vías entre la depresión y la obesidad, afirman investigadores que entrevistaron los hallazgos de quince estudios que incluyeron a casi 59,000 personas.
"Encontramos asociaciones bidireccionales entre la depresión y la obesidad: las personas obesas tenían un riesgo 55 por ciento más alto de desarrollar depresión con el tiempo, mientras que las personas deprimidas experimentaban un aumento de 58 por ciento en el riesgo de volverse obesas", escribieron la Dra. Floriana S. Luppino, del Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, y colegas.
Análisis posteriores encontraron que la relación entre la obesidad y la depresión posterior era más potente entre los estadounidenses que entre los europeos, y más potente entre personas diagnosticadas con depresión que entre las que tenían síntomas de la afección.
Hay varias teorías sobre cómo la obesidad y la depresión podrían relacionarse, apuntaron los investigadores.
La obesidad se puede considerar una afección inflamatoria, y la inflamación se asocia con el riesgo de depresión.
La delgadez es un ideal de belleza tanto en Europa como en EE. UU., así que tener sobrepeso o ser obeso podría contribuir a insatisfacción con el cuerpo y autoestima baja, lo que aumenta el riesgo de depresión.
La depresión podría tener que ver con el aumento de peso a través de interferencia con el sistema endocrino o a efectos adversos de los antidepresivos.
Los hallazgos, que aparecen en la edición de marzo de la revista Archives of General Psychiatry, pueden ayudar a mejorar la atención del paciente, afirmaron los investigadores.
"Dado que parece que el aumento de peso es una consecuencia tardía de la depresión, los proveedores de atención deben tener en cuenta que, en los pacientes deprimidos, hay que vigilar el peso", señalaron. "En los pacientes con sobrepeso u obesidad, hay que vigilar el estado de ánimo. Esta conciencia podría llevar a la prevención, la detección temprana y el tratamiento conjunto de las personas en riesgo, lo que en última instancia podría reducir la carga de ambas afecciones".
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_95864.html
LUNES, 1 de marzo (HealthDay News/DrTango) -- Parece haber una relación de dos vías entre la depresión y la obesidad, afirman investigadores que entrevistaron los hallazgos de quince estudios que incluyeron a casi 59,000 personas.
"Encontramos asociaciones bidireccionales entre la depresión y la obesidad: las personas obesas tenían un riesgo 55 por ciento más alto de desarrollar depresión con el tiempo, mientras que las personas deprimidas experimentaban un aumento de 58 por ciento en el riesgo de volverse obesas", escribieron la Dra. Floriana S. Luppino, del Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, y colegas.
Análisis posteriores encontraron que la relación entre la obesidad y la depresión posterior era más potente entre los estadounidenses que entre los europeos, y más potente entre personas diagnosticadas con depresión que entre las que tenían síntomas de la afección.
Hay varias teorías sobre cómo la obesidad y la depresión podrían relacionarse, apuntaron los investigadores.
La obesidad se puede considerar una afección inflamatoria, y la inflamación se asocia con el riesgo de depresión.
La delgadez es un ideal de belleza tanto en Europa como en EE. UU., así que tener sobrepeso o ser obeso podría contribuir a insatisfacción con el cuerpo y autoestima baja, lo que aumenta el riesgo de depresión.
La depresión podría tener que ver con el aumento de peso a través de interferencia con el sistema endocrino o a efectos adversos de los antidepresivos.
Los hallazgos, que aparecen en la edición de marzo de la revista Archives of General Psychiatry, pueden ayudar a mejorar la atención del paciente, afirmaron los investigadores.
"Dado que parece que el aumento de peso es una consecuencia tardía de la depresión, los proveedores de atención deben tener en cuenta que, en los pacientes deprimidos, hay que vigilar el peso", señalaron. "En los pacientes con sobrepeso u obesidad, hay que vigilar el estado de ánimo. Esta conciencia podría llevar a la prevención, la detección temprana y el tratamiento conjunto de las personas en riesgo, lo que en última instancia podría reducir la carga de ambas afecciones".
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