"Es una molécula bastante específica del control metabólico así que no tenemos mucho miedo de que vaya a alterar otros procesos. Ahora mismo estamos estudiando cómo interactúa con el receptor celular con el objetivo de diseñar una molécula que mimetice su acción".
ELMUNDO.ES (POR CRISTINA DE MARTOS)JUEVES, 04 DE MARZO DE 2010 Un equipo de investigadores españoles ha descubierto los mecanismos que estimulan la actividad de la grasa parda, que mantiene la temperatura corporal de los recién nacidos. Sus hallazgos, que aparecen en las páginas de 'Cell Metabolism', podrían dar lugar a una terapia contra la obesidad ya que este tejido es capaz de quemar muchas calorías, también en el adulto.
"Hasta hace pocos años, el papel de la grasa parda en el adulto era muy dudoso", explica a ELMUNDO.es Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona. "Pero con el auge de la medicina nuclear, se redescubrió su presencia y actividad en los individuos. Ahora se vuelve a apreciar su papel en el metabolismo".
El trabajo coordinado por Villarroya suma esperanzas a su posible uso terapéutico frente a la obesidad. Estudiando diferentes modelos animales relacionados con mecanismos metabólicos y del envejecimiento, "vimos que había una molécula (FGF21) que estaba muy alterada y nos dimos cuenta de que tenía mucho interés en el metabolismo", señala este experto catalán.
Al centrarse en su estudio, descubrieron que esta hormona de naturaleza proteica regula la actividad de la grasa parda, un 'quema calorías' natural de cuerpo. "El punto crítico –subraya Villarroya- es que creemos que define una nueva vía de activación de este tejido".
Un calefactor para el recién nacido
El paso de la vida fetal, en el interior del útero, a la postnatal es un reto en varios aspectos. Una de las primeras necesidades que experimentan los recién nacidos es la de mantener la actividad muscular y la termogénesis. Esta última depende de la grasa parda, que responde a la alimentación quemando el exceso de calorías.
En la activación del tejido adiposo marrón, FGF21 ha resultado desempeñar un papel clave, tal y como han desmotrado estos experimentos en ratones. En respuesta a la elevación de los niveles de ácidos grasos en sangre, el hígado empieza a sintetizar esta hormona cuya misión es 'encender' el quemador de energía. De esta forma, los bebés son capaces de mantener una temperatura adecuada.
En el adulto, en contra de lo que se pensaba hasta hace poco, la grasa parda sigue presente y su acción es determinante en el consumo de energía que cada individuo realiza. Es, probablemente, la explicación de por qué hay personas que comen mucho y no engordan y a otras les pasa lo contrario. O de "por qué hay obesos que con una dieta hipocalórica adelgazan y otros que ahorran cada caloría que ingieren y no pierden peso, como si 'apagaran' su grasa parda", señala el investigador.
Posible tratamiento contra la obesidad
Hace unos meses, un trabajo publicado en la revista 'Nature' anunciaba que investigadores estadounidenses habían creado con éxito grasa parda a partir de células de la piel. Esto, señalaba, podría ser el primer paso hacia un trasplante de tejido adiposo marrón que ayudaría a las personas con obesidad a perder peso.
El interesante experimento tenía, no obstante, algunos inconvenientes, como la manipulación de las células en el laboratorio y el implante en sí mismo."Pensando en su aplicación, me cuesta mucho imaginarlo", explica Francesc Villarroya, quien considera que FGF21 tiene mayor potencial.
"Es una molécula bastante específica del control metabólico así que no tenemos mucho miedo de que vaya a alterar otros procesos. Ahora mismo estamos estudiando cómo interactúa con el receptor celular con el objetivo de diseñar una molécula que mimetice su acción".
Otra posibilidad sería –añade el autor- regular su funcionamiento a través de la dieta. Según algunos datos preliminares, "intuimos que las grasas llamadas saludables activan más esta vía, pero aún es muy pronto para asegurarlo". Villarroya y sus colegas están trabajando ya en esta senda.
Fuente: http://www.diariosalud.net/index.php?option=com_content&task=view&id=18373&Itemid=36
ELMUNDO.ES (POR CRISTINA DE MARTOS)JUEVES, 04 DE MARZO DE 2010 Un equipo de investigadores españoles ha descubierto los mecanismos que estimulan la actividad de la grasa parda, que mantiene la temperatura corporal de los recién nacidos. Sus hallazgos, que aparecen en las páginas de 'Cell Metabolism', podrían dar lugar a una terapia contra la obesidad ya que este tejido es capaz de quemar muchas calorías, también en el adulto.
"Hasta hace pocos años, el papel de la grasa parda en el adulto era muy dudoso", explica a ELMUNDO.es Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona. "Pero con el auge de la medicina nuclear, se redescubrió su presencia y actividad en los individuos. Ahora se vuelve a apreciar su papel en el metabolismo".
El trabajo coordinado por Villarroya suma esperanzas a su posible uso terapéutico frente a la obesidad. Estudiando diferentes modelos animales relacionados con mecanismos metabólicos y del envejecimiento, "vimos que había una molécula (FGF21) que estaba muy alterada y nos dimos cuenta de que tenía mucho interés en el metabolismo", señala este experto catalán.
Al centrarse en su estudio, descubrieron que esta hormona de naturaleza proteica regula la actividad de la grasa parda, un 'quema calorías' natural de cuerpo. "El punto crítico –subraya Villarroya- es que creemos que define una nueva vía de activación de este tejido".
Un calefactor para el recién nacido
El paso de la vida fetal, en el interior del útero, a la postnatal es un reto en varios aspectos. Una de las primeras necesidades que experimentan los recién nacidos es la de mantener la actividad muscular y la termogénesis. Esta última depende de la grasa parda, que responde a la alimentación quemando el exceso de calorías.
En la activación del tejido adiposo marrón, FGF21 ha resultado desempeñar un papel clave, tal y como han desmotrado estos experimentos en ratones. En respuesta a la elevación de los niveles de ácidos grasos en sangre, el hígado empieza a sintetizar esta hormona cuya misión es 'encender' el quemador de energía. De esta forma, los bebés son capaces de mantener una temperatura adecuada.
En el adulto, en contra de lo que se pensaba hasta hace poco, la grasa parda sigue presente y su acción es determinante en el consumo de energía que cada individuo realiza. Es, probablemente, la explicación de por qué hay personas que comen mucho y no engordan y a otras les pasa lo contrario. O de "por qué hay obesos que con una dieta hipocalórica adelgazan y otros que ahorran cada caloría que ingieren y no pierden peso, como si 'apagaran' su grasa parda", señala el investigador.
Posible tratamiento contra la obesidad
Hace unos meses, un trabajo publicado en la revista 'Nature' anunciaba que investigadores estadounidenses habían creado con éxito grasa parda a partir de células de la piel. Esto, señalaba, podría ser el primer paso hacia un trasplante de tejido adiposo marrón que ayudaría a las personas con obesidad a perder peso.
El interesante experimento tenía, no obstante, algunos inconvenientes, como la manipulación de las células en el laboratorio y el implante en sí mismo."Pensando en su aplicación, me cuesta mucho imaginarlo", explica Francesc Villarroya, quien considera que FGF21 tiene mayor potencial.
"Es una molécula bastante específica del control metabólico así que no tenemos mucho miedo de que vaya a alterar otros procesos. Ahora mismo estamos estudiando cómo interactúa con el receptor celular con el objetivo de diseñar una molécula que mimetice su acción".
Otra posibilidad sería –añade el autor- regular su funcionamiento a través de la dieta. Según algunos datos preliminares, "intuimos que las grasas llamadas saludables activan más esta vía, pero aún es muy pronto para asegurarlo". Villarroya y sus colegas están trabajando ya en esta senda.
Fuente: http://www.diariosalud.net/index.php?option=com_content&task=view&id=18373&Itemid=36
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