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El 'dopping genético'. Próxima ola de manipulaciones en el deporte

Imagen de noticias HealthDay


Investigadores advierten que la manipulación genética podría pronto convertirse en una manera de hacer trampa difícil de detectar para los atletas 





JUEVES, 4 de febrero (HealthDay News/DrTango) -- Justo a tiempo para las Olimpíadas de Invierno, los científicos advierten sobre una nueva especie de agentes para mejorar el rendimiento que usan tecnología de punta y que podrían ser particularmente difíciles de detectar.
Algunos investigadores ya están lidiando con planteamientos de atletas y entrenadores que desean saber si pueden modificar los genes para mejorar la resistencia o la masa muscular, para acelerar la curación de lesiones o para alterar la percepción del dolor, según un artículo que aparece en la edición del 5 de febrero de la revista Science.
"Si el investigador dice que no está listo para su uso en humanos y que debe primero pasar por ensayos clínicos, la respuesta del entrenador es que tal vez pueda usar a su atleta como sujeto humano", comentó el coautor del artículo Mark Frankel, director del programa de libertad científica, responsabilidad y ley de la American Association for the Advancement of Science, una organización sin fines de lucro en Washington, D.C.
El "dopaje génico" no sólo es hacer trampa, sino que podría ser peligroso, advirtió Frankel. La alteración genética se considera altamente arriesgada y experimental, y nadie sabe qué consecuencias puede tener si el efecto deseado se sale de control.
"Estamos preocupados", aseguró Frankel. "Pensamos que los tipos de avances que suceden en el frente médico para tratar varias enfermedades o incluso lesiones serán adoptados y probados por los atletas y sus entrenadores que buscan la próxima ventaja competitiva".
La Agencia Mundial Antidopaje conoce muy bien el potencial de atletas genéticamente modificados, señaló el Dr. Theodore Friedmann, director del programa de terapia génica de la Universidad de California en San Diego y presidente del panel de dopaje génico de esa agencia en Montreal.
La terapia génica está entre las nuevas estrategias más promisorias para el tratamiento de la enfermedad, comentó Friedmann. Terapeutas génicos en cientos de laboratorios de todo el mundo investigan, sobre todo en modelos animales, cómo los genes o su expresión podrían ser alterados para tratar las enfermedades. Entre las técnicas se encuentra la introducción de nuevos genes en las células usando un virus como vector o incluso el uso de fármacos para cambiar la manera en que funcionan los genes.
Los atletas podrían usar la terapia génica para aumentar el rendimiento a través de una mayor producción de glóbulos rojos, aumentar la masa muscular, manipular la producción o uso de energía metabólica, o alterar el metabolismo de la grasa o la percepción del dolor, apuntó Friedmann.
"Sospechamos que los que potencialmente utilizarían el dopaje génico se están manteniendo al tanto de la tecnología genética, aprendiendo mucho de cómo se hace de forma legítima y preparándose para usar técnicas similares en los deportes", apuntó Friedmann, quien fue coautor del artículo con Frankel y Olivier Rabin de la Agencia Mundial Antidopaje.
Las Olimpíadas de Invierno 2010 comienzan el 12 de febrero. ¿Deben los fanáticos preguntarse si ese patinador o esquiador que gana usa manipulación génica para hacer trampa?
Probablemente aún sea difícil para los atletas obtener las sustancias o la tecnología necesaria para las modificaciones genéticas hoy en día, dijo Frankel. Pero en Internet, las compañías ya están afirmando cosas tal vez dudosas sobre productos que prometen "alterar los genes de los músculos ... mediante la activación de su maquinaria genética" o hacer que "todo culturista ... esté bien dotado genéticamente".
Y las formas tradicionales de medicamentos para mejorar el rendimiento siguen abundando. Entre las sustancias prohibidas en las Olimpíadas se encuentran estimulantes, esteroides anabólicos, la hormona del crecimiento humano y la eritropoyetina, una hormona sintética que actúa sobre las células madre en la médula ósea para aumentar la producción de glóbulos rojos y la resistencia.
El desfile de atletas élite a quienes se descubre usando sustancias prohibidas continúa. La eritropoyetina se ha implicado en escándalos de dopaje entre ciclistas del Tour de Francia y corredores de larga distancia. El uso de esteroides ha causado la caída de varios jugadores de béisbol de grandes ligas. El tenista profesional Andre Agassi admitió usar metanfetaminas.
Aunque dichas sustancias pueden detectarse a través de pruebas de sangre u orina, "aún no contamos con ninguna prueba para las manipulaciones genéticas", apuntó Frankel. "Debemos buscar los cambios fisiológicos que podrían ocurrir sólo si dichas intervenciones artificiales se llevan a cabo".
Frankel urgió a atletas y entrenadores a no tomar el riesgo en primer lugar. En un ejemplo de la vida real, los investigadores usaron terapia génica en un pequeño número de bebés que padecían inmunodeficiencia combinada grave (IDCG), conocida como la enfermedad del "niño burbuja". Aunque algunos de los niños mejoraron mucho, varios desarrollaron leucemia.
"Básicamente, sabemos lo que los esteroides hacen en el organismo. Pero en este momento, no estamos seguros de qué puede desencadenarse si se comienza a hacer cambios en la conformación genética", comentó Frankel. "Tal vez resulte inerte y no haga ni lo que se deseaba. O tal vez tenga consecuencias imprevistas para la salud".



Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_94988.html (*Estas noticias no estarán disponibles después del 06/05/2010)

Traducido del inglés: viernes, 5 de febrero, 2010Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Mark Frankel, Ph.D., director, scientific freedom, responsibility and law program, American Association for the Advancement of Science, Washington, D.C.; Theodore Friedmann, M.D., director, gene therapy program, University of California, San Diego and chair, gene doping panel, World Anti-Doping Agency, Montreal, Canada; Feb. 5, 2010, Science
HealthDay

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