Investigadores italianos urgen un cambio en la prueba para el cáncer de cuello uterino, pero los expertos estadounidenses no se ponen de acuerdo
MARTES, 19 de enero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Investigadores italianos aseguran que a prueba de ADN para el virus del papiloma humano debería reemplazar la citología vaginal como la manera principal de evaluar a las mujeres para detectar cáncer de cuello uterino.
Su recomendación se basa en un estudio que halló que la prueba para el virus de papiloma humano prevenía más casos de cáncer de cuello uterino que la citología vaginal convencional. Los resultados del estudio fueron publicados en línea el 19 de enero en The Lancet Oncology.
Los investigadores aseguraron que la prueba de VPH debería convertirse en la herramienta de evaluación preferida para las mujeres a partir de los 35. Se podría hacer con menos frecuencia que la citología, que podría ser utilizada únicamente para mujeres que han obtenido resultados positivos en una prueba de VPH, dijeron.
La citología vaginal, presentada por primera vez en los 50, busca cambios en el cuello uterino que podrían conducir al cáncer de cuello uterino. La prueba de VPH funciona un paso más atrás en el proceso para determinar si una mujer está infectada por el virus.
El VPH causa cáncer de cuello uterino, lo que implica problemas significativos para la salud, sobre todo en las áreas menos ricas en recursos del mundo.
La prueba de ADN para VPH tiene sus desventajas, sobre todo que es menos específica, lo que significa que es probable que detecte más falsos positivos que una citología vaginal. Esto provoca muchas llamadas de seguimiento para que las mujeres se sometan a más pruebas.
Usar el VPH como herramientas primaria de evaluación provoca un índice de llamadas de seguimiento de unos 25 a 30 por ciento, señaló el Dr. Mark H. Einstein, oncólogo ginecólogo y director de investigación clínica del Centro médico Montefiore en la ciudad de Nueva York. En comparación, las citologías vaginales tienen un índice de llamadas de seguimiento de entre 5 y 7 por ciento, dijo.
Para su estudio, los investigadores italianos compararon las pruebas de VPH únicamente con la prueba más una citología vaginal en 94,370 mujeres entre los 25 y los 60 años de edad.
Durante la primera fase del estudio, las mujeres entre 35 y 60 que obtuvieron resultados positivos en la prueba de VPH recibieron un examen de cuello uterino, conocido como colposcopia. Las mujeres más jóvenes recibían una colposcopia si su citología vaginal era anormal o si los resultados de la prueba de VPH era positivos varias veces, lo que indicaba que sus organismos no habían logrado eliminar la infección.
El estudio halló que evaluar en busca de ADN del VPH parecía más efectivo en mujeres mayores, pero las pruebas en mujeres más jóvenes condujeron al diagnostico exagerado de un tipo particular de lesión de cuello uterino.
Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en que la práctica actual va a cambiar a partir únicamente de los hallazgos del estudio.
"No creo que esto vaya a cambiar ninguna estrategia usada actualmente, pero sí creo que aporta más evidencia de que las pruebas de VPH pueden predecir quién desarrollará cáncer de cuello uterino", aseguró el Dr. Jay Brooks, presidente de oncología y hematología del Ochsner Health System de Baton Rouge, Luisiana. "Las pruebas de VPH, en ciertas poblaciones, pueden predecir realmente quién podría beneficiarse del tratamiento".
Einstein interpretó los hallazgos de una manera un poco distinta. “Esto muestra que esta estrategia funciona”, señaló. "Tiene sentido, es rentable y efectivo. Esto está sucediendo en sistemas de salud de un solo pagador que realiza evaluaciones nacionales. Estamos rezagados en los EE. UU.".
Según Einstein, la estrategia tiene sentido particularmente en países menos desarrollados en donde las mujeres pueden hacerse las pruebas de VPH por su cuenta con un hisopo vaginal para su análisis.
En los EE. UU., las directrices de evaluación del cáncer de cuello uterino cambiaron en noviembre. Ahora, se les dice a las mujeres que deben hacerse su primera prueba para cáncer de cuello uterino, incluso una citología, a los 21. Anteriormente, la recomendación era que las mujeres debían empezar a recibir la prueba de Papanicolaou tres años después de iniciar la actividad sexual o a partir de los 21 años de edad, lo que sucediera primero.
Y, según las nuevas directrices, en lugar de hacerse una citología, o prueba de Papanicolaou, anualmente, la mayoría de las mujeres sólo necesita hacerse una prueba cada dos años o menos, según la edad.
Las directrices señalan que los índices de cáncer de cuello uterino se han reducido en más de cincuenta por ciento en los últimos treinta años en los EE. UU. Esta reducción se ha atribuido en gran parte a la extensión del uso de las citologías vaginales.
FUENTES: Mark Einstein, M.D., gynecologic, oncologist and director of clinical research, Montefiore Medical Center, New York City; Jay Brooks, M.D., chairman, hematology/oncology, Ochsner Health System, Baton Rouge, La.; Jan. 19, 2010, The Lancet Oncology, online
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