Skip to main content

La dieta y el ejercicio pueden mejorar las funciones cognitivas

Un estudio encuentra beneficios para la mente, no sólo el cuerpo





LUNES, 8 de marzo (HealthDay News/DrTango) -- Una buena dieta y el ejercicio regular podrían ayudar a la mente a funcionar mejor, según sugiere un estudio reciente.

"Parece que el ejercicio y la dieta mejoran el rango de la función cognitiva", afirmó Patrick Smith, médico interno en neuropsicología clínica y miembro de un equipo de la Universidad de Duke que informa sobre el hallazgo en la edición en línea del 8 de marzo de la revista Hypertension. "Ayuda en la función ejecutiva, el aprendizaje y la velocidad psicomotriz".

Los investigadores dieron seguimiento a 124 hombres y mujeres que tenían hipertensión arterial, 52 años de edad y un al menos siete kilos (unas quince libras) de sobrepeso en promedio.

El estudio, liderado por James Blumenthal, profesor de psicología y neurociencias de la Duke, fue diseñado principalmente para determinar el efecto de la dieta y el ejercicio sobre la presión arterial, e incluyó a personas que tenían hipertensión entre leve y moderada.

Los estudios mentales se incluyeron porque "algunos datos previos habían relacionado el ejercicio y la dieta con una mejor función cognitiva", apuntó Smith. Señaló que los nuevos resultados verificaron dichos hallazgos.

Una tercera parte de los participantes siguieron comiendo y haciendo ejercicio como solían. Otro tercio siguió la dieta DASH (por la sigla en inglés de Métodos dietéticos para detener la hipertensión), que enfatiza los productos lácteos bajos en grasa, las frutas y las verduras, en combinación con ejercicio regular. El tercio restante estuvo en un programa que combinó la dieta DASH con un programa de gestión del peso y ejercicio aeróbico.

El programa de gestión del peso utilizó dos estrategias. Una se centró en reducir el tamaño de las porciones y cambiar los hábitos, como el consumo de refrigerios. La otra utilizó un método conocido como entrenamiento en la conciencia del apetito, que ofrece una guía sobre cuánto comer, no solo qué comer.

Smith dijo que la parte de ejercicio del programa no era drástica, sino "sesiones de treinta minutos tres a cuatro veces por semana, suficiente para colocar el corazón a 75 u 80 por ciento de su tasa máxima".

Para evaluar los efectos sobre la función mental, se pidió a los participantes que realizaran ciertas pruebas escritas, como marcar un dígito específico en una página de números tan rápido como pudieran.

El grupo que comía bien y hacía ejercicio regular tuvo una mejora general de treinta por ciento en la función mental para finales del periodo de cuatro meses, anotaron los investigadores.

Smith enfatizó que la actividad física parece tener un efecto directo sobre las células del cerebro. "Hay cambios neuroquímicos que suceden con el ejercicio", afirmó. "Hay una mayor producción del factor neurotrófico derivado del cerebro, que estimula la conexión con otras células cerebrales", comentó, "pero también hay cierta evidencia de que ayuda al crecimiento de nuevas células en el cerebro".

Y la combinación de una buena dieta y ejercicio también produjo los avances físicos esperados. Los participantes que hicieron dieta y ejercicio perdieron 8.6 kilos(19 libras), redujeron la presión arterial sistólica (la cifra superior de una lectura de 120/80) en 16 puntos, y la presión diastólica en diez puntos para finales del programa de cuatro meses.

Sin embargo, algunos expertos consideran que el estudio tiene sus limitaciones. Es un estudio bien hecho, pero tiene defectos, aseguró el Dr. Donald LaVan, profesor clínico asociado de medicina en la Universidad de Pensilvania y vocero de la American Heart Association.

"Es demasiado pequeño", lamentó LaVan. "Lo llamaría un estudio clave, sugerente, pero nada definitivo. Tampoco tuvo un grupo de control para ver el efecto del ejercicio solo. Necesitamos un estudio de mayor tamaño y duración, y un grupo de control para el ejercicio solo".

LaVan apuntó que nada del estudio debería impedir que la gente haga ejercicio para la mente, además del cuerpo.

"El ejercicio es magnífico", aseguró. "Pero cuánto contribuye el ejercicio en sí a la función mental no está claro".
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_96201.html

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Patrick Smith, M.A., intern, clinical neurophysiology, Duke University, Durham, N.C.; Donald LaVan, M.D., clinical associate professor, medicine, University of Pennsylvania, Philadelphia; March 8, 2010, Hypertension, online

HealthDay

Comments

  1. D'accord pour l'exercice physique qui améliore le rendement des neurones mais pitié ne sollicitons pas les mêmes articulations 3 à 4 fois par semaine à partir de 50 ans; finalement je sais pourquoi j'aime nager en plus de me refaire une bonne musculature et un bon enthousiasme à la vie! cependant le crawl c'est mieux que la brasse pour le dos pourquoi je ne saurais l'expliquer!

    ReplyDelete

Post a Comment

Popular posts from this blog

Exploring the Link Between Circadian Rhythms, Longevity, and Wearable Data: Insights and Future Directions

A recent study in NHANES 2011–2014 explores the potential connection between disruptions in circadian rhythms, measured using wearable devices, and their impact on health outcomes and longevity. The study analyzes data from 7,297 U.S. adults collected through wearable accelerometers as a novel digital biomarker for longevity. Five distinct clusters were identified based on activity profiles: "High activity," "Low activity," "Mild circadian rhythm (CR) disruption," "Severe CR disruption," and "Very low activity." The findings reveal that young adults with extreme circadian rhythm disturbance exhibit higher white blood cell counts and accelerated biological aging. Older adults with circadian disruption are associated with increased systemic inflammation indexes, advanced biological aging, and higher all-cause mortality risk. The research underscores the importance of circadian alignment for longevity at all ages and suggests that wearable

The safety of aspartame is under review by WHO after conflicting findings.

Aspartame, a sweetener with health effects Since 1981, the WHO expert committee on additives has confirmed the safety of aspartame consumption within acceptable daily limits. The international organization has established that the acceptable daily intake (ADI) of aspartame is 40 milligrams per kilogram of body weight. This means that a person can consume up to 40 mg of aspartame per kilogram of their body weight per day without risking their health. For example, if someone weighs 60 kilos, the allowable amount of aspartame would be 2,400 milligrams (40 mg/kg x 60 kg). In recent years, several studies have been carried out on the effects of aspartame on health. The Food and Drug Administration (FDA) has reviewed the scientific evidence related to the safety of this sweetener five times since its approval in 1981, and has concluded that it remains safe for use. However, it is being studied again. It has an especially important use in low-calorie beverages consumed by children and pregnan

Light Therapy holds promise as a treatment for Alzheimer's Disease

A new article, conducted by Lili Zang and colleagues from Weifang Medical University School of Nursing in Shandong Province, China, discusses a meta-analysis of 15 high-quality trials that investigated the impact of light therapy on individuals with Alzheimer’s disease (AD). The meta-analysis included 598 patients with mild to moderate Alzheimer’s disease, and it covered 15 randomized controlled trials conducted in seven different countries. Those trials were published between 2005 and 2022. Sleep Improvement Light therapy led to significant improvements in several sleep measures. It notably enhanced sleep efficiency, increased interdaily stability, and reduced intradaily variability, all of which are indicators of better sleep quality. Light therapy was associated with a reduction in agitation, depression, and caregiver burden among individuals with Alzheimer’s disease. A significant advantage over usual care was shown in reducing the severity of psychobehavioral symptoms, as assessed