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Las fluctuaciones en los niveles de ‘colesterol malo’ empeoran nuestra función cognitiva

El colesterol es un lípido totalmente necesario para los seres vivos, incluidos los humanos. No en vano, es un componente fundamental de la membrana de todas nuestras células y, además, resulta absolutamente indispensable para la producción de algunas de las moléculas que regulan las funciones de nuestro organismo –caso, entre otros muchos, de las hormonas y de los ácidos biliares–. El problema tiene lugar cuando los niveles de este colesterol son excesivos. Y es que entonces este colesterol, sobre todo el denominado ‘colesterol malo’ –el colesterol LDL o ‘c-LDL’– se deposita en las arterias y puede llegar a obstruirlas, aumentando así, y mucho, el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, parece que los niveles de este c-LDL no solo condicionan nuestra salud cardiovascular. De hecho, y como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos), también pueden comprometer muy seriamente nuestra salud cerebral.